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Si queremos que los términos científicos cumplan su objetivo, sus significados tendrán que ser especificados de tal modo que hagan seguro que los enunciados resultantes sean propiamente contrastables y que se presten a una utilización en explicaciones, predicciones y retrodicciones.
Por lo tanto sería útil distinguir claramente entre ‘conceptos’, tales como los de masa, fuerza, campo magnético, etc., y los correspondientes ‘términos’, las expresiones verbales o simbólicas que representan esos conceptos. Tanto para referirnos a términos particulares, como para referirnos a cosas particulares de cualquier otro tipo, necesitamos nombres o designaciones de ellos.
Propósito de las Definiciones
Las definiciones se dan con uno de estos dos propósitos:
Definiciones Descriptivas, que se utilizan para enunciar o describir el significado o significados aceptados de un término ya en uso. Las definiciones descriptivas se pueden expresar del siguiente modo:
A Tiene el mismo significado que B
donde A es el término que ha de ser definido, o definiendum, mientras que B sería la expresión definidora, el definiens. Por ejemplo: “Apendicitis” tiene el mismo significado que “inflamación del apéndice”.
Las definiciones como éstas se proponen analizar el significado aceptado de un término y describirlo con la ayuda de otros términos cuyo significado debe haber sido comprendido con anterioridad si se quiere que la definición sirva a su propósito. Se llamarán también, por tanto, definiciones descriptivas analíticas. Las definiciones descriptivas de tipo no analítico especifican el ámbito de aplicación, o la extensión de un término; más que su significado o intensión.
Las definiciones descriptivas de cualquier tipo pretenden describir ciertos aspectos del uso aceptado de un término; se puede decir, por tanto, que son más o menos exactas, o incluso verdaderas o falsas.
Definiciones estipulativas, para asignar, por estipulación, un significado especial a un término dado, que puede ser una expresión verbal o simbólica acuñada por primera vez, o un término “viejo” que se ha de usar en un sentido técnico específico (por ejemplo, el término “rareza” tal como se usa en la teoría de las partículas elementales).
Las definiciones estipulativas sirven para introducir una expresión que se ha de usar con algún sentido específico en el contexto de una discusión, de una teoría, etc. a esas definiciones se les puede dar la siguiente forma:
A ha de tener el mimo significado de B, o bien
Por A entendemos lo mismo que por B
Las definiciones resultantes tienen el carácter de estipulaciones o convenciones, que evidentemente no se pueden calificar de verdaderas o falsas, son pura convención. Un ejemplo: Las partículas de carga cero y número másico uno serán llamadas neutrones.
Un término definido mediante una definición analítica o mediante una definición estipulativa puede siempre ser eliminado de una oración sustituyéndolo por su definiens: este procedimiento convierte la oración en una oración equivalente en la que ya no aparece ese término.
Idealmente, todo término utilizado en una teoría científica o en una determinada rama de la ciencia debería estar definido con precisión. Pero esto es lógicamente imposible; para haber dado una definición de un término, tendríamos que haber definido a su vez cada uno de los términos usados en el definiens y, luego, de los términos usados para definir los términos de éste, y así sucesivamente. Pero en las cadenas resultantes de definiciones debemos evitar los “círculos”, que definen un término con ayuda de alguno de sus predecesores en la cadena.
La única manera de escapar a esta dificultad en nuestro intento de definir todo término de un sistema dado será no usar nunca en un definiens un término que haya sido definido antes en la cadena. Pero entonces nuestra cadena de definiciones no tendrá fin.
Así, pues, no todo término de un sistema científico se puede definir por medio de otros términos del sistema: tendrá que haber un conjunto de términos primitivos, de los que no se da ninguna definición dentro del sistema, y que sirven como base para definir todos los demás términos.
Utilizaremos el término ‘oración interpretativa’ para referirnos a enunciados que de esto modo especifican los significados de los términos teóricos propiamente dichos, o de los “términos característicos” de una determinada teoría por medio de su vocabulario preteórico, disponibles desde antes.
Definiciones operacionales
Una concepción muy específica del carácter de las oraciones interpretativas ha sido propuesta por la escuela operacionalista de pensamiento. La idea central del operacionalismo es que el significado de todo término científico debe ser especificable indicando una operación definida de contrastación que proporcione un criterio para su aplicación. Por ejemplo, definir un ácido es una sustancia en la que si introducimos una tira de papel tornasol, ésta se vuelve roja.
El procedimiento operacional invocado por una definición operacional se debe elegir de tal modo que pueda ser llevado a cabo de un modo inequívoco por cualquier observador competente, y que el resultado pueda ser comprobado objetivamente y no dependa esencialmente de la persona que lleva a cabo la contrastación.
No obstante, una interpretación operacionalista demasiado restrictiva del carácter empírico de la ciencia ha tendido a oscurecer los aspectos teóricos y sistemáticos de los conceptos científicos y la fuerte interdependencia de la formación de conceptos y la formación de teorías.
El alcance empírico en cuanto reflejado en criterios claros de aplicación, sobre los que el operacionalismo insiste mucho, y con razón, no es el único desiderátum de los conceptos científicos: el alcance sistemático es otro requisito indispensable; tanto, que la interpretación empírica de los conceptos teóricos puede sufrir cambios en interés de mejorar la potencia sistemática del entramado teórico. En la investigación científica, la formación de conceptos y la formación de teorías deben ir de la mano.
El hecho de que una hipótesis, tomada aisladamente, no ofrezca posibilidad de contrastación operacional no proporciona una razón suficiente para rechazarla como desprovista de contenido empírico o como carente de sentido científicamente. Lo que debemos, más bien, es considerar el enunciado en el contexto sistemático de las demás leyes e hipótesis en que aquél ha de funcionar, y examinar las implicaciones contrastadoras a que puede dar lugar.
La naturaleza de las oraciones interpretativas
La concepción operacionalista proporciona sugerencias útiles, pero precisa de modificaciones considerables. En particular, hemos de rechazar la noción de que un concepto científico es “sinónimo” de un conjunto de operaciones. Puede haber varios criterios alternativos de aplicación de un término.
Para entender el significado de un término científico y usarlo con propiedad, tenemos que conocer su papel sistemático, indicado por los principios teóricos en los que funciona y que lo conectan con otros términos teóricos.
Un término científico no se puede considerar “sinónimo de” un conjunto de operaciones en el sentido de que su significado esté totalmente determinado por ellas; porque cualquier conjunto de operaciones contrastadoras proporciona criterios de aplicación de un término sólo dentro de un ámbito limitado de condiciones. Así, las operaciones de usar una vara de medir o un termómetro proporcionan solo interpretaciones parciales de los términos “temperatura” y “longitud”; porque cada uno de ellos es aplicable sólo dentro de un ámbito limitado de circunstancias.
Los enunciados que especifican por completo el significado de un determinado contexto en el que aparece un término dado se llaman definiciones contextuales, para distinguirlas de las llamadas definiciones explícitas, tales como: “ácido” tendrá el mismo significado que “electrolito que proporciona iones de hidrógeno”. De modo análogo, podemos decir, entonces, que las oraciones interpretativas de una teoría científica proporcionan normalmente interpretaciones contextuales de los términos teóricos.
Deberíamos tener claro que los términos de una teoría científica no se pueden considerar como si cada uno de ellos tuviera asociado un número finito de criterios operacionales específicos, o, más en general, de enunciados interpretativos. Los términos interpretativos determinan modos de contrastar oraciones que contienen el término interpretado; es decir, que cuando se combinan con esas oraciones, han de dar lugar a implicaciones que las contrastan, redactadas en términos de un vocabulario disponibles desde antes.
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Gracias 👌☺️
esta muy largo jejejeje
Jeje yo diría que sí 😉