Estoy seguro de que hay miles de entradas sobre las vacunas, su importancia, su necesidad, etc. También estoy seguro de que hay muchos más miles sobre lo malas que son y lo mucho que perjudican a los niños y tal y cual. Da igual, no hay debate alguno, no hay razones para posicionarse en contra de las vacunas, no las hay.
La ciencia ha hablado, los resultados son evidentes, las vacunaciones generales han ayudado a superar enfermedades que hace tan solo unas décadas estaban muy presentes en algunos lugares y hoy por hoy son prácticamente inexistentes. No hay debate, la cosa no tiene discusión. En ciencia las cosas no se votan, no se hacen por consenso, la evidencia manda.
Es cierto que no hay obligación legal de vacunar a los niños frente a peligrosas enfermedades. Tal vez obligar no sea una buena idea frente a posiciones extremas basadas en ideas infundadas, ejemplos tenemos a patadas. Pero no está de más en insistir en algunos aspectos sobre las vacunas que se nos escapan y que llevan su utilidad más allá de la protección individual.
El juego de la vacuna, vacuna sí, vacuna no
Supongamos que tenemos una enfermedad infecciosa para la que se ha encontrado una vacuna totalmente efectiva. Su administración asegura una total protección contra la enfermedad. ¿Cuántos tenemos que vacunarnos? La respuesta puede parecer simple aunque esconde matices importantes.
No hay que ser un genio para deducir que si toda la población salvo yo está vacunada, no tengo ningún incentivo para vacunarme ya que estoy blindado por el grupo. Por contra, si ningún miembro de la población está vacunada perderé el culo para conseguir una dosis y protegerme a mí mismo. Sí, somos así de egoístas.
Este tipo de situaciones se estudian desde el punto de vista matemático con dos herramientas:
- La teoría de juegos
- La teoría de decisiones
La teoría de juegos establece casos de conflicto donde hay una determinada ganancia por realizar una acción y posibles riesgos por llevarla a cabo lo que supone un coste. En definitiva, tenemos un conflicto.
Cuando hablamos en este contexto de costes no nos referimos exclusivamente a costes económicos. De hecho, en el tema que nos ocupa los costes son más bien psicológicos y médicos. Podemos considerar que las vacunas nos pueden producir graves enfermedades cerebrales, como autismo, o que son inseguras y suponen un riesgo para nosotros o nuestros hijos. Así que decidir si vacunarnos o vacunarlos o no depende de la toma de una decisión. El problema es que para tomar esa decisión generalmente tenemos información sesgada, incompleta y muchas veces malintencionada.
Veamos unos cuantos casos:
- Si la enfermedad solo se contagia por humanos y la mayor parte de la población está vacunada entonces no hay riesgo de contagio por lo que el coste de vacunarse, sea cual sea dicho coste y sean cual sean las ideas que me llevan a considerar que existen riesgos, dominará la escena y seguramente no me vacunaré.
- Si la enfermedad se contagia por animales o por el ambiente en general entonces la cosa cambia. Me podría infectar aunque todos los demás estuvieran vacunados con lo que, seguramente, la idea de la vacuna no me parecerá tan mala.
Así, si los riesgos generalmente aceptados, (insisto en aceptados porque en general no hay pruebas de riesgos graves), son moderados las soluciones óptimas de este problema (que se puede formular matemáticamente) son:
Para el caso 1 — Todos se vacunan salvo uno.
Para el caso 2 — Todos se vacuna.
El problema viene cuando el coste de la vacuna se considera alto, cuando alguien opina que la vacuna es peligrosa por algún motivo, haya o no haya pruebas para tal idea.
Si el coste se considera algo, el problema puede tener como solución óptima que nadie se vacune, que se vacunen todos, o que se vacune cualquier fracción de la población total. Todo depende de cómo de peligrosa se considere la vacuna por la población. Por lo tanto, las matemáticas no ayudan mucho a decidir ya que, en definitiva, todo depende del coste asignado a la vacuna y eso en general no tiene razón alguna si nos centramos en las posiciones ideológicas o filosóficas que estamos viendo florecer (aunque se dan desde los años 70).
Hay que puntualizar un detalle aquí, hemos supuesto en todo lo anterior que la vacuna era totalmente efectiva. Desgraciadamente, ese no es el caso general. Las vacunas tienen un porcentaje de éxito que no es del 100% a la hora de inmunizarnos contra una enfermedad. Si asumimos la «imperfección» de la vacuna entonces la matemática es un poco más concluyente.
En el caso de vacunas imperfectas resulta que cuanto mayor sea el número de vacunados mejor para todos porque eso impedirá la propagación de la enfermedad. La razón es simple, aunque haya una gran población vacunada dentro de la población total no estamos seguros de si estamos protegidos o no, así que lo racional es vacunarse uno mismo también. Pero como vemos, a veces hay opciones personales que no entienden de razones y deciden no vacunar como modo de vida contestatario.
Para más detalles sobre estos aspectos: The vaccination game.
Decide tú que a mí me da la risa
¿Cómo tomamos decisiones? Este es un campo de estudio donde psicología, neurología y matemáticas se dan la mano. Si tenemos información completa de todos los aspectos de una cuestión sobre la que tenemos que decidir la matemática nos podría decir cuál es la decisión óptima en cada caso. Usualmente no disponemos de toda la información y muchas veces la información de la que disponemos está trucada, es parcial o es malintencionada, incluso puede que la malinterpretemos nosotros mismos.
Ejemplos de decisión se presenta a diario, pongamos dos ejemplos:
- Estás parado en la entrada a una rotonda y ves un coche ya dentro de la rotonda. La decisión de salir a la rotonda o no dependerá de si el coche que ves tiene intención de seguir describiendo la rotonda, de si va a salir antes de cruzarse contigo, de si tu coche tiene una buena respuesta de salida, de si el otro va a acelerar cuando vea que tú quieres salir, etc. Nuestro cerebro es capaz de hacer muchos cálculos basado en impresiones, en intuiciones, lo que se llama de un modo heurístico y generalmente toma la decisión óptima.
- Si le preguntamos a alguien si los infartos son frecuentes nos dirá que sí, todos conocemos casos de infarto. Si ahora le preguntamos a alguien si tiene probabilidad de sufrir un infarto en las próximas dos horas seguramente nos de una respuesta acertada. ¿Sabe cómo está su corazón por dentro? Pues no, pero sabe su edad, sabe si está en un grupo de riesgo, sabe si se encuentra bien o mal, etc. Así que con esa información lanza una respuesta, una decisión.
El caso con las vacunas es bastante sangrante en lo que a la toma de decisión se refiere y a la información de partida.
¿Son inseguras las vacunas? Pues no, no son inseguras, al menos no las que se han probado a lo largo de varias décadas. Las vacunas son extremadamente seguras y no producen contagios o enfermedades anexas. Seguro que hemos oído hablar eso de que las vacunas producen autismo. Sí, sí, lo dice un artículo científico y en The Lancet ni más ni menos. Eso sí, se nos olvida muchas veces que…
Sí el artículo está retractado por fraude, pero eso a quién le importa, el caso es que las vacunas producen retardos y otras cosas malas.
Los medios de comunicación, con honrosas excepciones — ¿Cómo convencer a los antivacunas? en Materia Ciencia por Javier Salas –, tienen su parte de culpa por motivos fácilmente enumerables:
- Se presenta un debate donde no lo hay. No hay debate alguno entre vacunas sí o vacunas no. La ciencia ha aportado pruebas y eso es todo lo que cuenta. La equidistancia en estos temas en una patraña malintencionada.
- El público, todos nosotros, sobreestima lo excepcional. Cuando un avión se cae nos parece mucho más grave que un accidente entre dos autobuses. Es así. Así que cuando nos cuentan que un niño se rompió una pierna justo después de vacunarse, la conclusión es clara, las vacunas rompen piernas, las vacunas son malas. ¿Ha colado? Pues con el autismo sí coló y sigue colando a pesar de los numerosos artículos científicos que han mostrado que no hay ninguna relación entre vacunas y autismo, aquí, aquí, etc.
- Por supuesto vende más decir — Mi hijo sufre mucho tras la vacuna –, que — Mi hijo está perfectamente bien tras la vacuna–, — Y el mío–, –Y el mío–, etc. Vamos que nos va el morbo, sea cierto o no.
- Se gusta de poner a dos doctores en medicina diciendo que las vacunas son buenas y necesarias con un señor o señora cuya única razón es que él o ella saben que las vacunas son malas.
- Se da mucha más cobertura mediática a los casos «raros» que a la aburrida normalidad, esa normalidad que salva vidas.
En fin, que si no vas a vacunar o no vas a vacunarte es mejor que digas — Es que no me da la gana–, a inventarte razones absurdas, es mayormente una cuestión de dignidad.
Ah, claro, también está el problema de las farmacéuticas que son tan malas que quieren que nos vacunemos todos porque así ganan mucho dinerito. Porque como todo el mundo sabe nos vacunamos dos veces por semana durante toda la vida, ¿no? Tal vez, solo aporto la idea, las farmacéuticas estén detrás de los movimientos antivacunas para que nos pongamos malos con cosas chungas y vendernos medicamentos muchos más caros. Puestos a imaginar gilipolleces…
Vacúnate, vacúnalos, somos un equipo
Pensemos que hay personas que no se pueden vacunar por razones médicas. No pasa nada, el grupo los inmuniza, los protege, actúan como una barrera para que las infecciones no se propaguen, somos un equipo, todos para uno y uno para todos.
Esto de la inmunidad grupal está muy bien pero es jodido de mantener y hay mucha gente estudiando modelos para proteger al máximo de la población con las campañas de vacunación. Los dos detalles importantes son los siguientes:
a) Las vacunas no son perfectas así que por si acaso vacúnate.
b) Para que el grupo pueda proteger a individuos no vacunados tiene que haber un grueso de la población que sí esté vacunada, entre el 80% y el 90% dependiendo de la enfermedad.
Las enfermedades, al tratarlas matemáticamente, tienen un parámetro asociado que se puede llamar parámetro de chunguez de la enfermedad, R0. Si este R0 es alto, el riesgo de epidemia es alto, y eso es malo. Y ese R0 determina el porcentaje de la población que ha de ser vacunado para que se presente la inmunidad grupal.
Para el caso de vacunas perfectas:

En el eje vertical está la proporción de población que ha de ser vacunada para asegurar la inmunidad grupal. En el eje horizontal está el R0 de distintas enfermedades. Gripe, Sindrome Respiratorio Agudo Grave, Viruela, Rubeola, Varicela, Sarampión.
Pero nuestras vacunas, como hemos dicho, no son perfectas, así que estas proporciones cambian:

Las vacunas no son perfectas. Las p son fallos en las vacunas y las Rv son falta de vacunaciones. En estos casos hay que vacunar a mucha más gente para estar seguros de que tenemos inmunidad grupal.
Esto parece una tontería, qué más da que haya un 12% de la población total no vacunada si el resto lo estamos. Pues que no hay que pensar en términos de 7000.000.000 de personas. En tu colegio, en tu instituto, en tu facultad, en tu centro de trabajo estás en contacto con muchas personas, si por alguna fatídica casualidad hay un porcentaje alto (alrededor del 10%) de personas susceptibles de contraer una enfermedad y se produce un contagio las consecuencias pueden ser calamitosas.
Hacedme un favor, dejad de ser modernos, informaos bien y pensad un poco en los demás. O mejor, pensad en vuestros hijos de la forma más egoísta posible.
Nos seguimos leyendo…
Argumentos, por favor, y no teorías conspiranoicas infundadas. Magnífica entrada y Blog.
Argumento. Estoy pasando tos ferina y soy adulta. Me vacunaron en la infancia. Nunca he tenido una infección por esta bacteria porque vivía en un país civilizado donde se vacunaba a la población infantil y donde la tos ferina o el sarampión o no digamos las paperas tal y como otras, casi estaban erradicadas. O acaso usted tal y como yo salíamos a la calle y a nuestros lugares de trabajo con la absoluta tranquilidad que al menos en mi caso he perdido.
No le deseó que en mi país, España, si es el suyo tenga usted que ir con mascarilla como yo. Negligencia de todo el sistema por no obligar a la vacunación a los de dentro y a los de fuera, creo que usted me entiende de sobra.
Retroceso a la Edad Media o a la de piedra es el camino que llevamos.
Saludos.
Hola Anonima
Veo que querés trasladarle tus problemas inmunológicos a los demás.
Yo me tengo que vacunar porque vos mostrás incapacidad para defenderte.
No estoy vacunado contra eso y no me enfermé de tos convulsa.
Pero no te asustés te puedo ayudar y curar con homeopatía y nuca más te dará la tos convulsa ; Sin que yo deba vacunarme y pueda seguir defendiéndome y vos aprensas a serlo.
Belladona o Drosera son poderosos remedios contra la tos convulsa ; Pero hay muchos otros.
Depende de cada uno en como se manifieste la enfermedad.
El principio de la filosofía homeopática, es que no hay enfermedades sino enfermos.
Supongo que sabrás que lo hace de manera diferente entre
distintas personas.
Siempre la enfermedad es individual y el remedio es individual.
Las cosas no son del tipo, astilla en la garganta, cataplasma en las pelotas.
Contame los detalles de como te suceden los ataques y te recetó tu remedio personal ; también cual es tu estadio actual.
Si ya no podemos pararla, al menos podemos acelerar tu recuperación.
O anda de un buen homeópata y te ayudará mucho.
O comprate los libros de homeopatía y aprendé a curarte y a los tuyos.
Puedo guiarte en tus estudios y dudas.
Los remedios son económicos y duran muchos años.
Ejemplos Aconitum 6 y Bryonia 6, dados juntos , entre otras cosas, te paran una gripe en 24 horas.
Otras virtudes: aunque tienen muchísimas más
Aconitum es un poderoso ansiolítico, actúa en minutos.
Bryonia es un remedio fundamental para las bronquitis y bronconeumonías.
Belladona tomado bien al principio, te evita una meningitis, además es un poderoso remedio de las anginas tomándolo alternado con Mercurio.
Mercurio a la potencia 200 una toma, junto con Belladona a la 6, te arregla la garganta en 24 horas.
Arsenicum a la 6, da resultados espectaculares en las descomposturas y diarreas con muchos dolores y vómitos provocados por comidas en mal estado.
El resultado es inmediato ; no tenés que esperar una semana o un mes.
¿Vómitos con la lengua blanca?
Antimonium crudum a la 6 ; unos pocos globulitos te mejoran o te curan en menos de una hora.
A mi a la potencia 200 me curó del asma.
Esto es una síntesis miserable que me da hasta vergüenza,
la cosa es mucho más espectacular.
Antes de rebuznar probá y estudia si te da el cuero.
Rubén Ardosain
Un añadido, (disculpen): Conozco la calle Fleming. Un lugar muy paquete, muy bonito. Pero no la calle Salk, ni Sabín, también las busqué en el Callejero de Madrid, no las encontré. Ni hablar de Emil von Behring!!!. Ni tampoco lo escuché nombrar entre tanta «ciencia» y «consejos» 🙂
. No llama la atención que, también esta semana, han mostrado detalladamente, cómo la Industria Farmacéutica, lleva a cabo sus «maniobras», no se haya visto el mínimo interés por el tema?? ¿Por qué, todos estos «científicos» de TV, no hablan de Monsanto?? Por qué se mantienen alejados de lo político, como si la Ciencia no formara parte de las decisiones políticas. ¿Tan inocentones son??
Zeus los cría y el viento los amontona. Estudié, desde el primario, hasta finalizar la Universidad, en un país, donde a los niños se los vacunaba en el cole. Si no tenías la cartilla de vacunación desde el día de tu nacimiento, no podías ingresar al cole. Desde niños, se trata el tema con naturalidad: qué es una vacuna, para q sirve, cómo actúa, y quién fue su creador. Forma parte de otras asignaturas. Hasta de la Literatura!! Muchas epidemias forman parte de novelas famosas. En fin, a los niños un pinchazo no les gusta, pero poníamos estoicamente nuestros bracitos, porque no era cuestión de ser el debilucho de la clase. Por eso a los niños, les caía maravillosamente bien el Dr Sabín. Cuando llegó al país, gente en sillas de ruedas y miles sin ningún problema de salud, «invadieron» el Aeropuerto, como si fuera la Selección la q llegaba, después de ser proclamados campeones mundiales de fútbol. Me sorprende aún hoy, cuando escucho a niños o adultos, q no tienen ni idea de quién es Jenner, Koch, Salk, ¡¡Ni a Sabin!!, el más reciente, (el del terroncito de azúcar), por nombrar algunos. Pasteur, sí, les suena de algo. Les suena a leche. ¿No se estudian esos enormes personajes aquí?? O tendrían q haber salvado a toreros? Sabrían quién es Fleming, de no mediar esa circunstancia?? Ahora, aparecen los «sabios», a ordenar amablemente q se vacune a los niños,»¡¡gilipollas!!». O «mereces q te rompa la cara». A eso lo llaman gracia, O esos vendelibros, q tienen respuesta «pa’ tó». Eso sí, como de científicos tienen muy poco, o nada, no pueden exponer su teoría, sin q esté en referencia a otras, Esas q no coinciden con sus «dogmas científicos». No leen al autor, no lo conocen más q de oídas, producto a su vez, de las oídas de otras oídas, Es decir, FABULAN. Pero, VENDEN. Y eso es lo importante. ¿Podrían mostrar más respeto, aunque la gente piense distinto, e incluso, a las q están equivocadas??
Quisiera añadir algunas opiniones personales que me ha dado lugar el leer tu entrada. Verás Enrique, en esta sociedad donde prima el consumo y el dios dinero, que es el único y verdadero, las farmacias son otra empresa y los laboratorios cotizan en bolsa y algunos son verdaderas multinacionales tanto como el vaticano o la coca cola.
Pero en el caso de las vacunas que es de los poco bueno que nos ofrecen, que salva tantas vidas, pues la infancia en siglos pasados tenía índices muy altos de mortalidad y era difícil los repasar la edad de once años y llegar a la edad adulta, me parece que vacunando pierden dinero.
Por esto me parece una crítica absurda, de puros imbéciles.
Más temo yo, que aunque sea minoritario existan laboratorios en el planeta que haciendo un mal uso de toda esta maravilla de adelanto científico, de la tecnología lo utilicen con otros fines o de crimen contra la humanidad creando virus de laboratorio y así hacer decrecer la tasa de población mundial.
Pero aún en este último supuesto es mejor no vacunar.
Por lo tanto, concluyo con una afirmación muy severa pero debería estar penalizado el no vacunar, debería estar perseguido como atentado a la salud pública y contra los derechos de la infancia, aquellos que se lucran con difundir pseudo ciencia en contra de la gran conquista de la humanidad que fue la penicilina, los antibióticos y las vacunados, tanto como los que aún defienden la ablación de clítoris de las niñas, o quienes expulsan los demonios muchas veces con la muerte de un pobre enfermo mental.
Pero claro, quien soy yo para hacerme oír, y que cuenta mi pequeña y más humana y sincera opinión contra el mundo.
Estos charlatanes y cuentistas que defienden curaciones cuánticas o con el pensamiento paradójicamente son los que colapsan las urgencias por un más simple de los resfriados.
Si pudiera: Me niego a pagar con mi cotizacion a la seguridad social de los desalmados pero no tengo más remedio que tragarme la injusticia para mi a todas luces vista. Me niego a esos carroñeros y la impunidad. Los padres del infante catalán que contrajo difteria y su vida está en extremo peligro, ahora se confiesan engañados, ¡a buenas horas!. Pero si yo ahora voy a la red del misterio escuchare mil programas de como curar el cáncer con ajo o con espárragos trigueros y el ebola con una infusión de artemisa.
Me muero de la pena, apreciado Enrique, de tanta entropia y degeneración.
Apreció la labor que hacéis por la red tantas personas buenas y éticas.
Anónima
No vas a ver mi comentario, porque esta bloqueado, no insulté a nadie ni le falté el respeto a nadie ; Solo expresé mi posición.
Tus maravillosos científicos no quieren escuchar voces disidentes.
Mis argumentos son mucho más sustanciados que la pobreza de los tuyos y otros que se han vertido aquí.
Lo que mayor efecto logró para la prolongación de la vida humana, fue la disponibilidad de agua corriente, cloacas, alimentación adecuada y un hábitat adecuado.
Hablamos de políticas sociales, no de antibióticos o vacunas.
Ciertas medicinas y ciertas tecnologías aportaron lo suyo, pero no fueron determinantes.
Si tenés curiosidad leelo mañana en mi blog, lo voy a presentar como post.
Pero si para muestra basta un botón de las barbaridades que cometen los laboratorios ¨científicos¨ y médicos irresponsables, te sugiero leer la historia de la Talidomida ; Un sedante para embarazadas y como calmante de nauseas, que de paso cañazo, lo usaban los hombres también.
Cosas que les producían ciertas ¨anomalías¨ a los fetos.
Despertá mujer, agarrá los libros que no muerden y pateá la calle.
Porque en la práctica la teoría puede ser otra.
Esto va también a mi blog, porque me bloquean aquí ; No les voy a dejar pasar una supuesta verdad y mal fundada, mientras pueda evitarlo.
Ahora voy a completar la parte final de otro post que tengo en las gateras.
Pero el tema es muy diferente aunque también muy humano.
Ojo al piojo, cuando vengan por lana, cuídense de no salir esquilados.
Rubén Ardosain
Un magnífico artículo Dani, escrito con rigor y excelentes explicaciones. Si hubiese más gente así y menos charlatanes…
Muy buen artículo.
Menos la parte en la que dices que pensar que las farmacéuticas no podrían estar detrás de un intento de vender cosas que no sean necesarias. También es una cuestión matemática, su objetivo son los beneficios, si te pueden engañar para ganar más lo hacen.
Por un lado uno puede pensar:
1. Si las farmaceuticas engañan, el engaño no puede durar siempre, algún día se detectará y las leyes del mercado se lo harán pagar con una bajada brutal de las acciones por ejemplo. En conclusión ser honestas es una estrategia ganadora.
2. Vas a la farmacia de tu barrio ves la homeopatía y te dan ganas de estrangular a alguien.