Los siete de enero son días raros para todos los que vuelven al trabajo, o al estudio, después de dos semanas de vacaciones. Y si no lo son, al menos, ocurren cosas raras como que de unos comentarios en Twitter a una entrada en Naukas, escrita por @jralonso3, acabe saliendo una idea «loca», desde mi punto de vista, claro, consistente en proponer a los blogueros que escriben divulgación científica en español publicar una entrada sobre tetas un día concreto (hoy), a una hora concreta (ahora).
Ese día miraba mi TL tranquilamente sentada en mi sofá cuando, desde ese relajado lugar, leí la mencionada conversación. ¿Me animo? – Pensé. No, no soy médico, ni bióloga, ni psicóloga…¿qué puede contar una física sobre tetas? Pues supongo que algo podría decir desde la perspectiva de mi género, pero ¿me encontraría cómoda haciéndolo?
A ver, tetas…según la RAE son los órganos glandulosos y salientes que los mamíferos tienen en número par y sirven en las hembras para la secreción de la leche. Pero, si os dicen «entrada sobre tetas» ¿pensáis en tetas de vaca, perro o burro? O ¿pensáis en otras tetas?
Alguno de vosotros (si tenéis la suficiente edad), puestos a pensar en tetas y encadenando ideas, habrá recordado ( y si no, pues ahí tenéis el vídeo) el famoso incidente relacionado con la teta de cierta cantante ocurrido en la gala de fin de año de rtve de 1987. ¿Cómo algo que, desde mi punto de vista, no tenía la menor importancia llegó a ser conocido por todo un país? Esta pregunta podría ser objeto de estudio en ciencias sociales, la Física no tiene la respuesta, por ahora, 😉 , pero estoy convencida de que el hecho de que implicara la imagen de una teta de mujer fue crucial en esta particular historia.
Bueno, la idea encadenada no me servía para mucho y como seguía queriendo escribir la entrada sobre tetas, intenté que me viniese la inspiración observando, o admirando, el órgano en cuestión mostrado en uno de mis cuadros favoritos, «La casta Susana», de Gonzalo Bilbao.
Pues, no. La inspiración seguía sin venir. Supongo que el tema no me motivaba lo suficiente. Quizá lo habría hecho más si se tratase de otro órgano, el cerebro, por ejemplo. Es que las mujeres no solo tenemos pechos. También tenemos cerebro, no nos olvidemos. Y, a mi parecer, es un órgano mucho más importante. Así que, de pensar en tetas pasé a pensar en el cerebro y me acordé de un artículo que había leído hacía poco cuyo título decía: «Graph Theoretical Analysis Reveals: Women’s Brains are Better Connected than Men’s» escrito por Balàzs Szalkai, Bàlint Varga y Vince Grolmusz.
El título del artículo en español sería algo así como «El análisis de la Teoría de Grafos revela que el cerebro de las mujeres está mejor conectado que el de los hombres». ¡Anda! ¡Tal vez por eso no pensamos tanto en tetas! 😉
Lo anterior era broma, pero la cuestión es: ¿Qué quieren decir los autores con que nuestro cerebro está mejor conectado? Vamos a intentar explicarlo a continuación.
El cerebro, simplificando mucho, podemos decir que es un sistema formado por muchas neuronas interconectadas, o lo que es lo mismo, una red de neuronas.
Definiendo red como una representación simplificada de un sistema que lo reduce a una estructura abstracta donde se tienen en cuenta solo las conexiones entre puntos de la red, y poco más, vemos que el cerebro podría encajar en la definición de red.
Y una red, en lenguaje matemático, es un grafo. Y, como hemos dicho, es una colección de puntos unidos por líneas. Los puntos también pueden llamarse nodos o vértices y las líneas, aristas. En los grafos puede ocurrir que entre dos nodos no haya ninguna arista, o que hay una, o varias, y también podrían darse casos de aristas que salen desde un nodo y vuelven a ese mismo nodo, en lugar de terminar en otro. Y partiendo desde ahí, hay ramas de las matemáticas que estudian los grafos y tienen desarrolladas teorías sobre este interesante y útil campo.
Existen muchos sistemas tanto en física, como en biología o en ciencias sociales, que pueden ser descritos como redes o grafos, ya que pueden considerarse sistemas con componentes individuales unidas o enlazadas de un cierto modo. El ejemplo más conocido es internet que sería, según una definición un poco burda, una colección de computadoras unidas por conexiones de datos.
Cuando las redes tienen muchos nodos y aristas su estudio se complica. Sin embargo, en los últimos años y gracias al avance en informática se ha progresado mucho en el estudio de grandes redes.
Existe un proyecto llamado The Humann Connectome Proyect (HCP) financiado por institutos de salud estadounidenses que arrancó en 2009 cuyo objetivo es crear un mapa de la estructura completa del cerebro para poder investigar tanto la anatomía como el funcionamiento del cerebro sano así como acumular datos para investigar en enfermedades del cerebro. Se han hecho pruebas para obtener datos a los cerebros de miles de personas. Aquí tenéis el enlace a la página del HCP.
Los autores del artículo que os he comentado antes han utilizados datos tomados de este proyecto y usando la teoría de grafos han obtenido resultados interesantes. Por cierto, la palabra connectome se refiere al grafo del cerebro. Y al utilizar grafos para describir el cerebro se consiguen descubrimientos sobre su funcionalidad y su estructura.
El título del artículo, recordemos, decía que el cerebro de las mujeres está mejor conectado que el de los hombres. Esta conclusión la sacan nuestros autores tras analizar los datos que obtienen. Como hemos dicho, tomaron los datos del HPC, y tras un cuidadoso análisis estadístico, encontraron que había diferencias en los valores de los parámetros que calcularon según se tratara de grafos de cerebros masculinos o femeninos. Parece que esperaban obtener los mismos resultados en ambos casos, pero encontraron que no. Por ejemplo, en los cálculos realizados obtuvieron que el grafo del cerebro de la mujer tenía más aristas que el del hombre. También encontraron valores mayores en otros parámetros ( fueron nueve los que calcularon).
Resulta que el cerebro promedio de una mujer pesa menos que el de un hombre. Este hecho, unido a los mayores valores obtenidos en los parámetros para el cerebro promedio femenino les hace deducir el título del artículo.
Entonces, ¿tenemos un cerebro mejor conectado? De momento, parece que sí. Pero los científicos seguirán trabajando y se seguirá adelantando en este campo y, bueno, ya nos contarán.
Por cierto, yo tenía que escribir sobre tetas.¿Cómo era aquello? Una imagen vale más que mil palabras, ¿no? Pues ahí van unas tetas:
¡Hasta pronto!