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Los Paradigmas y las Revoluciones Científicas. Hoy también va de Kuhn.

Ejemplares y Matrices disciplinares. Critiquemos a Kuhn y a su paradigma

En la primera parte estuvimos caracterizando los parámetros básicos que enmarcan la filosofía de Kuhn, especialmente el concepto de revolución científica y el de paradigma. Los paradigmas son definidos por el propio Kuhn como «ejemplos aceptados de la práctica científica real, que incluyen a un mismo tiempo: ley, teoría, aplicación e instrumentación, los cuales proporcionan una serie de modelos de los que surgen tradiciones especialmente coherentes de investigación científica

Este concepto de paradigma ha sido atacado por su vaguedad y poca exactitud de modo que ha llegado a considerarse como un mero comodín o “flogisto” filosófico. Las criticas a la noción de paradigma son diversas y algunas especialmente sangrantes; fuerte inquina la de Margaret Masterman, que identifica hasta 21 formas diferentes en las que Kuhn utiliza la palabra paradigma.

En “Segundas reflexiones acerca de los paradigmas”, Kuhn admite que el uso que él ha hecho de los mismos puede llegar a confundir e identifica dos nociones muy distintas de paradigma:

  • la de ejemplares, que son soluciones a problemas concretos aceptadas por la comunidad científica como paradigmáticas, en el sentido usual del término;
  • y la de matrices disciplinares, que son los elementos compartidos que permiten dar cuenta del carácter relativamente poco problemático de la comunicación profesional y de la relativa unanimidad de criterio profesional en el seno de una comunidad científica, y que incluyen entre sus componentes generalizaciones simbólicas, compromisos compartidos de creencias en modelos concretos, valores compartidos y ejemplares compartidos.

Para Kuhn, las matrices disciplinares, al ser un tipo de visiones del mundo científicas, no son susceptibles de una caracterización completamente explícita. sino que se adquieren de forma implícita a través del proceso educacional. Nadie niega que el estudio de los ejemplares tales como informes, artículos, experimentos etc… son parte de la formación y de la preparación del científico. Para Kuhn, el científico logra hacerse con una matriz disciplinar a partir del estudio de ejemplares, y éstos determinan en buena medida dicha matriz.

En definitiva, la tesis de Kuhn es que las generalizaciones simbólicas de una teoría no se interpretan de forma explícita. Además, los métodos posibles de aplicación de las generalizaciones de la teoría a los fenómenos no se especifican por medio de algo tan explícito como las reglas de correspondencia; sino que uno adquiere implícitamente cierta destreza en interpretar y aplicar generalizaciones simbólicas modelando dichas aplicaciones sobre los ejemplares arquetípicos estudiados.

Comunidades científicas y paradigmas

El tipo de aprendizaje y adiestramiento del científico es de tal naturaleza que no sólo hace que todos los miembros de una comunidad científica mantengan el mismo stock de ejemplares, sino que hace también que todos modelen la aplicación de generalizaciones simbólicas a otros fenómenos de forma esencialmente igual.

De donde se deduce que dos comunidades científicas cuyas generalizaciones simbólicas sean las mismas, pero que posean ejemplares significativamente diferentes, conferirán a los términos teóricos un significado diferente e interpretarán por ello sus generalizaciones de forma diferente. No hay lenguaje observacional neutro alguno. Y de eso ya hemos hablado en entradas como esta y como esta otra.

Por último, dado que los ejemplares indican el tipo de cuestiones que se deben plantear y el tipo de respuestas que se deben dar, comunidades diferentes con stock de ejemplares compartidos diferentes disentirán respecto a qué cuestiones se deben plantear y respecto a qué se considerará soluciones a estas cuestiones.

Lo característico de una comunidad científica es, pues, la posesión común de una matriz disciplinar, la cual se adquiere mediante el dominio del stock de ejemplares compartido por la comunidad científica y del arte de modelar aceptablemente sobre los ejemplares nuevas aplicaciones de sus generalizaciones simbólicas.

Ciencia normal es aquella ciencia practicada por una comunidad científica que posee en común una matriz disciplinar basada en el stock de ejemplares compartidos. Cuando una comunidad científica surge por vez primera en torno a una matriz disciplinar, el stock de ejemplares puede ser relativamente pequeño. La ciencia normal se ocupa de resolver los problemas abiertos o enigmas planteados por los ejemplares o por la matriz disciplinar basada en ellos.

No hay revolución sin crisis

La crisis es condición necesaria para la revolución científica. La ciencia normal tropieza invariablemente con fenomenos anómalos. Si los esfuerzos no logran hacer cuadrar las anomalías con la matriz disciplinar se produce una crisis científica, escenario para la revolución.

La decisión de rechazar una teoría por otra es siempre, simultáneamente, la decisión de aceptar otra. Antes de que se rechace una matriz disciplinar, debe producirse una sustitución, y la revolución científica consiste en un cambio de lealtades. De la vieja matriz disciplinar a la nueva. Esta sustitución no puede ser otra cosa que el fruto de la investigación extraordinaria, la cual, al no estar fijada de antemano por una matriz disciplinar común se convierte en una investigación más libre.

La investigación extraordinaria resolverá la crisis de una de estas tres formas:

  1. Las teorías, ejemplares y técnicas previas a la crisis demuestran, en último término, ser capaces de resolver los problemas.
  2. El problema sigue ofreciendo resistencia incluso a enfoques radicalmente nuevos y es reservado para una próxima generación que posea mejores instrumentos.
  3. Surge un nuevo candidato a matriz disciplinar. Esta tercera forma corresponde a una revolución científica. La vieja teoría y el candidato a sustituirla deben ser lógicamente incompatibles.

La nueva matriz disciplinar puede poseer alguna de las viejas generalizaciones simbólicas, pero confiriendo un significado diferente a los términos teóricos. Así, por ejemplo, la Teoría de la Relatividad sigue empleando ecuaciones clásicas de movimiento, pero con significado distinto. En este sentido el cambio científico es acumulativo sólo dentro de la ciencia normal.

Dos observadores que contemplan las mismas cosas desde matrices disciplinares diferentes ven cosas diferentes. “Aunque el mundo no cambia con un cambio de matriz disciplinar, después de él, el científico trabaja en un mundo distinto.” Ven cosas diferentes por varias razones.

En primer lugar, los datos que el científico recoge son distintos. Los datos no son puros estímulos sensoriales, sino resultados de clasificar los fenómenos. En este sentido cabe recordar, de entradas anteriores:

En segundo lugar, los datos se expresan en el lenguaje de la ciencia y el significado de estas expresiones es diferente en las diferentes matrices disciplinares. Lo que ocurre no es que uno vea el mundo y luego lo interprete desde su matriz disciplinar, sino que más bien uno ve el mundo a través de su propia matriz disciplinar y, aunque un cambio de matriz no supone un cambio del mundo, sí supone un cambio de lo que de él se ve y de cómo se lo ve.

Popper ataca directamente a Kuhn diciendo que recurrir a la historiografía de la ciencia, a la psicología o a la sociología de la ciencia, “con el propósito de esclarecer los objetivos de la ciencia y su posible progreso, es sorprendente y decepcionante, porque esas ciencias son frecuentemente espurias, y en ellas no se puede encontrar una descripción pura y objetiva».

Lakatos desarrollará más tarde esos argumentos popperianos, volviéndose no sólo contra Kuhn, sino contra el propio Popper. De hecho, Lakatos puede ser descrito como un popperiano para quien la historiografía cumple un papel en la evaluación de teorías de la ciencia, o como un kuhniano para quien una teoría de la ciencia sólo puede ser apriorística. Su trabajo principal sobre la historiografía de la ciencia se abre con una famosa paráfrasis a Kant, tomada prestada de Hanson: “La filosofía de la ciencia sin la historia de la ciencia es vacía; la historia de la ciencia sin la filosofía de la ciencia es ciega”. La primera sentencia se dirige, evidentemente, contra aquellos que muestran indiferencia por la historia de la ciencia, como Popper y los empiristas lógicos. La segunda es, en especial, una crítica a Kuhn.

De Lakatos hablaremos en la siguiente entrada acerca de las Teorías Científicas.

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Los Paradigmas y las Revoluciones Científicas. Hoy va de Kuhn.

Kuhn y sus circunstancias

Thomas Kuhn era físico, pero en sus ratos libres se interesaba por la historia de la ciencia. Le llamaba especialmente la atención lo poco que se parecía esa historia a la ciencia a la que dedicaba gran parte de su tiempo a la ciencia que él había estudiado y ejercía.

De esta confrontación surgió una reflexión filosófica a partir de la cual construyó su tesis central:

«las nuevas teorías científicas no nacen por verificación ni por falsación, sino por sustitución»

Pero… ¿sustitución de qué?.

En la época de Kuhn las ideas de Popper eran absolutamente incuestionables, y levantó una gran polémica con su concepto de la filosofía de la ciencia, que defendía a capa y espada. Para Kuhn, la filosofía de la ciencia es, básicamente, la reflexión filosófica sobre la construcción, la reelaboración, la sustitución y la reconstrucción de las teorías científicas. Proceso que -en su opinión -no siempre sigue el camino ortodoxo de la lógica.

El enfoque de toda la obra escrita de Thomas S. Kuhn es por tanto un enfoque histórico-sociológico. Kuhn analiza desde las ciencias de la naturaleza el desarrollo histórico real de las grandes concepciones del mundo. Y para ello confiere gran importancia al comportamiento de los científicos. Le interesa desentrañar el carácter humano de cualquier elaboración de la ciencia. En concreto, a Kuhn le interesa mostrar cómo los científicos (o mejor, las comunidades científicas) elaboran, difunden, utilizan, aplican, aceptan o rechazan las diversas teorías de las ciencias.

La evolución de la ciencia

Para Kuhn la ciencia es un producto fruto de la combinación de la historia y la sociedad.

  • Kuhn descubrió que la ciencia es fundamentalmente un producto histórico, de ahí que la palabra revolución, concepto típicamente historiográfico, se clave a hierro en su obra.
  • Además identifica como a la social la otra gran componente de la ciencia, y a partir de ella derivará el concepto de paradigma.

Kuhn intenta ofrecer una imagen de la ciencia ajustada a su historia, con lo que hay que replantearse una visión idílica de la ciencia que la identifica con un saber eterno y atemporal, con esa imagen clásica de la ciencia que la concibe como la disciplina que atesora la verdad.

Kuhn resume el cambio científico con el siguiente esquema:

  • Un paradigma está constituido por los supuestos teóricos generales, las leyes y las técnicas para su aplicación que adoptan los miembros de una comunidad científica. Trabajar dentro de un paradigma implica poner en práctica lo que se llama “ciencia normal”, que es la que articula y desarrolla el paradigma.
  • En este desarrollo, surgirán problemas, fenómenos que no quedan explicados por el paradigma. Si estas dificultades se consolidan, puede llegarse a la crisis que se puede resolver sólo desde un nuevo paradigma.
  • Cuando este nuevo paradigma rompe radicalmente con el anterior, se produce una revolución científica.

Veamos con más detalle cada uno de los conceptos implicados en esta descripción:

El paradigma coordina y dirige la resolución de problemas y su planteamiento. Es el modelo de hacer ciencia que orienta la investigación científica y bloquea cualquier presupuesto, método o hipótesis alternativa. El paradigma es el soporte para la ciencia normal. Consta de leyes y supuestos teóricos, así como de aplicaciones de esas leyes y el instrumental necesario para las mismas. De fondo, aparece también un principio metafísico, una concepción de la realidad y de las cosas. Un paradigma conlleva una weltanschauung.

La ciencia normal es la actividad para resolver problemas (teóricos o experimentales) gobernada por las reglas de un paradigma. Sólo desde el paradigma se logran los medios adecuados para resolver problemas. Los fenómenos inexplicados son anomalías, responsabilidad del científico, no de la teoría. El científico “vive” en el paradigma.

La preciencia se caracteriza por la falta de acuerdo en lo fundamental, por el “debate” sobre las leyes principales y los principios rectores. La ciencia normal, por el contrario, se sustenta en un modelo compartido, en un acuerdo que sirve como punto de partida para la investigación científica.

Surge la crisis con la existencia de anomalías, aunque sólo eso no implica una crisis necesariamente. Cuando se afecta al fundamento del paradigma y no es superado, es cuando el fenómeno constituiría una crisis. Las anomalías también conducen a una crisis cuando haya necesidades o exigencias sociales, tiempo escaso, o acumulación de anomalías. La crisis produce “inseguridad profesional marcada”: surge la duda, la discusión, e incluso terminará formándose un paradigma rival.

Hablamos entonces de revolución; la crisis puede dar lugar a un cambio, a un “nuevo mundo”. Los científicos rivales “viven en mundos distintos” y hay factores sociales, históricos, económicos, culturales y religiosos que pueden propiciar que un individuo se mantenga en su paradigma. La elección entre paradigmas rivales resulta ser una elección entre modos incompatibles de vida comunitaria y ningún argumento puede ser lógica ni siquiera probabilísticamente convincente. Intervienen factores personales, psicológicos. Por tanto, la revolución es ejecutada por parte de una comunidad científica y no por un científico particular.

En “La estructura de las revoluciones científicas”, Kuhn se plantea la naturaleza del cambio científico. Para él, el desarrollo por reducción es incompatible con lo que en realidad ha sucedido en la historia de la ciencia. El cambio científico es fundamentalmente revolucionario. Las revoluciones científicas son aquellos episodios de desarrollo no acumulativo en los que un viejo paradigma es sustituido total o parcialmente por otro distinto incompatible con él.

Seguiremos con Kuhn en la siguiente entrada, en la que comenzaremos metiéndole un poquito de caña.

@filotecnologa

Las Teorías Científicas

Una Reflexión Histórica

La Ciencia está conformada por un conjunto de Teorías. Teorías que comenzaron siendo escasas y simples, burdas en ocasiones. Hablo del origen de la Ciencia, que podemos ponerlo más o menos en Aristóteles. Pero en realidad, el ser humano lleva haciendo Ciencia desde que se convirtió en humano, aunque no fuera consciente de ello. La Ciencia no existiría como tal en los albores de nuestro conocimiento, pero cuando se aprendió a conservar y hacer el fuego se estaba haciendo Ciencia. Digo yo.

Desde su origen, sea el que sea, la Ciencia es un sistema dinámico abierto basado en el autoaprendizaje. Es la curiosidad humana  la que se convierte en Ciencia. La necesidad de contrastación empírica y refutaciones que impone el conocimiento científico, pronto dió paso a un cuerpo de conocimiento y a una estructura organizativa y organizada cada vez más.

Hoy en día nuestro grado de conocimiento de la Naturaleza es más que aceptable. Ahora la Ciencia dispone de un cuerpo de Teorías que no son escasas, ni burdas. Además, las Teorías Científicas se imbrican entre ellas posibilitando nuevas hipótesis que se convertirán en teorías y que  pasarán a formar parte de este sistema de retroalimentación sempiterna que es la Ciencia.

La Ciencia, por lo tanto, es un sistema complejo, porque no hay nada más complejo que el ser humano, que se añade a la complejidad propia de las Teorías Científicas actuales. Gracias a la Comunidad Científica, se establecen las pautas de validación y aceptación de las nuevas teorías, con carácter universal. Para alcanzar tal grado de imbricación las teorías tienen que estar dotadas de algunas características que compartan y que las convierta en lo que son. Eso es lo que hizo la Comunidad Científica en su devenir pragmático, sin atender a un metaconocimiento de sus funciones, sino a utilidades. Había que establecer unas reglas del juego para que la comunidad progresara. La Filosofía de la Ciencia intenta explicar lo que la Comunidad Científica ha construido. Y comenzó a hacerlo cuando la Ciencia ya llevaba un largo vagaje, desde siempre.

¿Cómo es  una Teoría Científica?

Partimos de la Concepción Heredada, corriente  dominante en el campo de la Filosofía de la Ciencia hasta los años 60, en los que Kuhn dinamitó la escena con La estructura de las revoluciones científicas. La Concepción Heredada (Received View) postula cálculos axiomáticos y reglas de correspondencia. Las Teorías Científicas deben escribirse en una Lógica Matemática (soy muy fan 🙂 ) que debe cumplir una serie de condiciones…La postura utópica y por tanto aspiracional de la Filosofía de la Ciencia. Acabó cayendo por su propio peso.

La Filosofía de la Ciencia descarta, por inviable, que las teorías se escriban lógico-matemáticamente. Prosiguen las concepciones inductivistas y falsacionistas de la Ciencia, pero son muy poco sistemáticas. Al concentrarse en las relaciones entre teorías y enunciados observacionales individuales o conjuntos de éstos, no tienen en cuenta la complejidad de las principales Teorías Científicas. Para dar una idea más adecuada hay que considerar las teorías como totalidades estructuradas de algún tipo.

Thomas Kuhn

Thomas Khun

A las reglas del juego Kuhn le llama Paradigma. Las Teorías Científicas adoptan la forma de Paradigma, que son definidos por Kuhn como ejemplos aceptados de la práctica científica real, que incluyen a un mismo tiempo, ley, teoría, aplicación e instrumentación, los cuales proporcionan una serie de modelos de los que surgen tradiciones especialmente coherentes de investigación científica. Se trata de un concepto un tanto vago y poco exacto, hasta ha sido considerado un  “flogisto  filosófico». Para Kuhn, las piezas centrales de una teoría científica son los factores pragmáticos de la Ciencia, es decir, la Comunidad Científica y su conocimiento práctico característico.

Imre LakatosUn notable intento de analizar las teorías como estructuras organizadas es el de Imre Lakatos, alumno de Kuhn y de Popper, con su “Methodology of scientific research programmes“. Lakatos parte de que en la realidad la Ciencia no evalúa una teoría aislada, sino un conjunto de ellas que conforman lo que llama “Programa de Investigación Científica”. Un programa de investigación lakatosiano es una estructura que sirve de guía a la futura investigación tanto de modo positivo como de modo negativo. Se rechaza al completo cuando se disponga de un sustituto superior, que explique todo lo que explicaba el anterior, más otros hechos adicionales.

A finales de los setenta y en los ochenta, aunque algunas versiones venían desarrollándose desde bastante antes, se extiende y acaba imponiéndose en general una nueva caracterización de las Teorías Científicas que se ha denominado Concepción Semántica de las Teorías. En realidad no se trata de una única concepción sino de una familia de ellas que comparten algunos elementos generales relativamente unitarios en comparación con las caracterizaciones de la Concepción Heredada. El enfoque semántico apuesta porque las Teorías Científicas quedan mejor comprendidas como conjuntos de modelos en el sentido matemático abstracto, que como conjunto de enunciados. Esta observación no demuestra, desde luego, que no se pueda obtener una comprensión adecuada de las teorías a partir del análisis de las formulaciones lingüísticas de las mismas, pero indica que es probable que un enfoque semejante produzca una imagen distorsionada de la naturaleza de las Teorías Científicas.

Desde los 70, se desarrolla el Estructuralismo, que pretende mostrar cómo toda teoría posee una determinada estructura que se rige por unas leyes que se aplican:

  • En un ámbito, es decir, hay que identificar los fenómenos empíricos a los que se pretende aplicar la teoría.
  • Con unos modelos. La determinación de los modelos de una teoría se efectúa mediante la formulación de las leyes de la teoría. Para establecer los modelos se aplica la axiomatización de las leyes.

Dos son las obras claves del estructuralismo: “An Architectonic for Science” de Balzer, y “Logical Structure of Mathematical Physics” de Sneed, libro que va a constituir sin duda un hito fundamental en la evolución de la actual Filosofía de la Ciencia.

Este ha sido un pequeño sobrevuelo para anticipar el tema que introduzco, la estructura de las Teorías Científicas. Si te va la marcha, en las siguientes entradas  iré abundando en las diferentes corrientes, porque lo que es a mí, no me han convencido del todo… De hecho, ninguna de estas visiones convencieron a todos.

Para seguir avanzando en busca de un modelo que mejor satisfaga, la Filosofía de la Ciencia necesita considerar no sólo los elementos lingüísticos del conocimiento, sino también las percepciones estructuradas y las habilidades prácticas específicas de cada teoría. Percepciones y habilidades residen en el psiquismo de los sujetos epistémicos. En el cerebro de los científicos, al fín y al cabo.

Internauta Sin Pauta

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Una Concepción Objetivista para la Física

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Las limitaciones del objetivismo de Lakatos

Como ya vimos, la metodología de Lakatos incluye las decisiones y elecciones de los científicos. Estas están incluidas en la adopción por los científicos de un núcleo central y una heurística positiva. El núcleo central del programa es irrefutable, convencionalmente aceptado. La heurística positiva es una política de investigación que los científicos eligen adoptar.

Esta cuestión es importante tanto si se supone como si no, que los científicos son conscientes de las prescripciones contenidas en la metodología de Lakatos. Si no lo son es difícil que la metodología pueda explicar el cambio científico.

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Racionalismo vs. Relativismo

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El enfrentamiento entre las opiniones de Kuhn y Lakatos, quizás también Popper, ha dado lugar a un debate sobre dos posturas opuestas asociadas a los términos racionalismo y relativismo, respectivamente.

Racionalismo

El racionalista radical asegura que hay un solo criterio universal e intemporal, por el cual deben ser juzgados los méritos relativos de las teorías rivales.

El racionalista radical considera que las decisiones y elecciones de los científicos están guiadas por el criterio universal. Rechazará las teorías que no le satisfagan y, cuando tenga que elegir entre dos teorías rivales, elegirá la que le satisfaga mejor. El racionalista típico creerá que las teorías que cumplen las exigencias del criterio universal son verdaderas, o aproximadamente verdaderas o probablemente verdaderas.

La distinción entre ciencia y no ciencia está clara para el racionalista. Sólo son científicas las teorías que pueden ser claramente valoradas en términos del criterio universal y que sobreviven a la prueba.

Relativismo

El relativista niega que haya un criterio de racionalidad universal y ahistórico por el cual una teoría pueda ser juzgada mejor que otra. Lo que se considera mejor o peor con respecto a las teorías científicas varía de un individuo a otro o de una comunidad a otra.

Las descripciones del progreso y las especificaciones de los criterios para juzgar los méritos de las teorías serán siempre relativas al individuo o a la comunidad que las suscriba.

En una situación de elección concreta no hay un criterio universal que dicte la decisión lógicamente obligatoria para el científico racional. La comprensión de la elección hecha por un determinado científico requerirá la comprensión de lo que valora ese científico y conllevará una investigación psicológica, mientras que las elecciones hechas por una comunidad dependerán de lo que ésta valore, y la comprensión de estas elecciones conllevará una investigación sociológica.

La distinción entre ciencia y no ciencia variará, para el relativista radical resulta mucho más arbitraria y menos importante que para el racionalista. Un relativista negará que haya una categoría única, la ciencia intrínsecamente superior a otras formas de conocimiento.

Si la ciencia está muy considerada en nuestra sociedad, es algo que debe comprenderse analizando nuestra sociedad, y no simplemente analizando la naturaleza de la ciencia.

Consideremos ahora dónde encajan Lakatos y Kuhn en este cuadro.

Lakatos el racionalista

Lakatos pretendía defender una postura en cierto modo similar a la que Chalmers  etiqueta como racionalista, y contemplaba con horror la postura del relativismo.

Lakatos afirmaba que el problema central de la filosofía de la ciencia es el problema de enunciar las condiciones universales en las que una teoría es científica, estrechamente unido al problema de la racionalidad en la ciencia.

Si no hay forma de juzgar una teoría a no ser evaluando el número, la fe y la energía vocal de sus defensores, entonces la verdad reside en la fuerza, el cambio científico se convierte en asunto de psicología de masas y el progreso científico consiste esencialmente en subirse al carro.

El criterio universal de Lakatos para valorar las teorías se desprende de su principio de que la metodología de los programas de investigación científica es más adecuada para aproximarse a la verdad en nuestro universo que cualquier otra metodología. La ciencia progresa a través de la competencia entre programas de investigación.

Lakatos pretendía proponer un criterio universal para juzgar los programas de investigación en particular y el progreso científico en general.

Consideraba este criterio como una conjetura comprobable, confrontándola con la historia de la ciencia. A grandes rasgos, una metodología propuesta ha de ser juzgada por la medida en que es capaz de explicar la ciencia buena y su historia.

La teoría de Lakatos se vería respaldada si se pudiera demostrar que ciertos episodios de la historia de la ciencia que son inexplicables en términos de metodologías rivales, son explicables en términos de la metodología de los programas de investigación.

Una segunda forma en que posiblemente podría ser respaldada la metodología de Lakatos es que la metodología podría servir para indentificar un programa que recibiese un fuerte apoyo de la comunidad científica pero no se ajustase a la metodología de los programas de investigación, y esta identificación podría llevar posteriormente al nuevo descubrimiento de  alguna causa externa.

Los estudios de casos históricos realizados por Lakatos y sus seguidores respaldan ciertamente en alguna medida esta última afirmación.

Sin embargo, la metodología de Lakatos no es capaz de dar consejo a los científicos. El hecho de que los científicos adopten los programas progresistas y abandonen los degeneradores, no es una consecuencia de la metodología de Lakatos.

Kuhn el relativista

Kuhn menciona una serie de criterios que pueden ser utilizados para juzgar si una teoría es mejor que otra rival. La exactitud de la predicción y especialmente de la predicción cuantitativa, el equilibrio entre temas esotéricos y temas cotidianos y el número de problemas resueltos.

Criterios como éstos constituyen los valores de la comunidad científica. El medio por el que estos valores son especificados debe en ultima instancia, ser psicológico o sociológico. No hay ninguna norma superior a la aprobación de la comunidad correspondiente. Los criterios de la comunidad correspondiente variarán normalmente con el  marco cultural e histórico de la comunidad.

Kuhn niega ser un relativista y escribe que las teorías científicas posteriores son mejores que las anteriores y por ello cree firmemente en el progreso humano. Kuhn es un racionalista que especifica un criterio universal por el cual se pueden juzgar los méritos relativos de las teorías. Kuhn observa que las consideraciones basadas en la capacidad de resolver problemas no son vinculantes ni individual ni colectivamente por lo que respecta a  los méritos relativos de los paradigmas contrapuestos y que las consideraciones estéticas pueden a veces ser decisivas. Esto nos lleva a una postura relativista.

La propia explicación que ofrece Kuhn de la ciencia implica que lo que se considere como problema dependerá del paradigma o de la comunidad.

Para Kuhn el hecho de que un campo pueda ser o no calificado como ciencia depende de que se ajuste o no a la concepción de ciencia ofrecida en The structure of the scientific revolutions. El rasgo más importante es la medida en que este campo es capaz de respaldar una tradición científica normal.

El criterio de demarcación de Kuhn ha sido criticado

  • por Popper, sobre la base de que hace excesivo hincapié en el papel de la crítica en la ciencia
  • por Lakatos, porque entre otras cosas, pierde de vista la importancia de la competencia entre programas de investigación o paradigmas
  • por Feyerabend, sobre la base de que la distinción de Kuhn lleva a la conclusión de que el crimen organizado y la filosofía de Oxford pueden ser calificados como ciencias

Kuhn no mantiene que la ciencia sea superior a otros campos de estudio, pero lo supone. De hecho, sugiere que si una teoría de la racionalidad chocara con la ciencia, entonces tendríamos que cambiar nuestra teoría de la racionalidad.

Hacia un cambio en los términos del debate

Lakatos pretendía dar una explicación racionalista de la ciencia pero fracasó. Kuhn negaba que pretendiera dar una explicación relativista de la ciencia, pero sin embargo la dió.

Hemos considerado varios análisis del tipo de criterios que permiten a los individuos o grupos juzgar si una teoría es mejor que otra o si un determinado conjunto de conocimientos es o no científico.

Podría haber una forma de analizar la ciencia, sus objetivos y su modo de progreso que se centrara en los rasgos de la propia ciencia, al margen de lo que los individuos o grupos pudieran pensar. Lo veremos en la próxima entrada.

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