
La nada es un concepto que me ha resultado atractivo desde mis tiempos mozos. Tal vez tuve la suerte de tener unos profesores de filosofía que me mostraron como ese concepto ha sido central en muchos de los edificios conceptuales filosóficos desarrollados a lo largo de la historia. Pero lo más alucinante es que la nada también tiene un papel en física.
Que en física tenga sentido tratar sobre la nada me resulta sorprendente porque la física se ocupa de lo físico, de lo que es algo. Y sin embargo, la nada importa.
Lo que más me fascina del concepto de nada en física es la posibilidad de que todo nuestro universo, sea lo que sea eso, no sea más que una expresión complicada de la nada más absoluta. Creo que mi sorpresa se resume bien en este tuit:
En unas entradas de blog es difícil, por no decir imposible, expresar todo lo que encierra una afirmación de ese tipo pero lo voy a intentar. La verdad es que llevo tiempo escribiendo sobre el tema y espero que algún día aparezca un libro con mi postura personal sobre el asunto. Aquí voy a dar las pinceladas más básicas de mi postura frente a la nada y la física y sobre la posibilidad de que nuestro universo haya surgido de la nada como si nada.
Leed y criticad cuanto gustéis porque esta entrada no es sobre física establecida, esta entrada es sobre lo que yo pienso. Por supuesto que espero que lo que yo pienso esté sustentado en la física que yo conozco pero eso no implica que no pueda estar totalmente equivocado. Espero dejar claro a lo largo del texto qué partes son física establecida, qué partes son elucubraciones y qué partes son bonitas posibilidades.
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